Abrí los ojos y me desperté. Todo daba vueltas a mi alrededor y la cabeza parecía que me iba a estallar. Me encontraba tirado en el suelo y sin apenas fuerzas , pero conseguí levantarme. Era una avenida muy larga y la vista se me perdía entre los carteles luminosos que colgaban de grandes edificios, y un sin fin de gente que caminaba hacia todas direcciones .
Me encontraba aturdido , sin saber muy bien por que estaba allí , ni como había llegado, no tenía muy mal aspecto y estaba bien vestido con traje de chaqueta negro, aunque con barbas de varios días. Por mas vueltas que le daba a la cabeza no sabía que hacía allí ,y ni tan siquiera quien era yo realmente.
Empecé a caminar por aquella atractiva y lujosa avenida sin saber hacia donde ir hasta que decidí sentarme en un banco para intentar aclarar todo lo que se me pasaba por la cabeza. De repente, se acerco un hombre a mi. Tendría unos cincuenta años, no era alto y tenía bastantes canas y una barba grande. Me saludó y estiró su brazo al llegar a mi para darme un sobre y luego se perdió entre la multitud. Por un momento pensé que aquello era uno de tantos de esos folletos publicitarios que te ofrecen a diario, pero no era así.......(continuará)
